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Seasons o Nuevas temporadas



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Estamos entrando en otoño y eso significa en nuestra cultura que es casi navidad. Ya hay personas pensando en que harán en esas fechas o planificando esa temporada que es especial para tantos de nosotros, sobre todo porque recordamos el cumplimiento de la promesa de Dios en el nacimiento de Jesús.


Más hay un denominador común en este tiempo con el quizá muchas nos podemos identificar: estamos entendiendo esta temporada de nuestras vidas. Aunque

tenemos claro las fechas que se aproximan y podemos pensar en lo que normalmente acostumbramos a hacer, hay una o varias realidades que ocupan nuestros pensamientos y esfuerzos, lo cual es algo bueno. Creo fielmente que mientras Dios nos de fuerzas, debemos estar prestos a servir en cada una de las áreas que Dios nos permite desempeñarnos con el único fin de exaltarlo a Él y a su vez conocer nosotros y dar a conocer Su amor a todos los que nos rodean.


Aun dentro de nuestro mejor anhelo de hacerlo bien y caminar la temporada agarradas de la mano de Dios y confiando en Sus promesas, el hecho de ir descubriendo y entendiendo lo que significa esta nueva temporada trae consigo cansancio, momentos abrumadores, tensión, expectativas y otros de confianza, visión, fuerzas nuevas y hambre por continuar.


En estos días he experimentado muchas de esas y aún cuando no necesariamente estoy en el otro lado de la temporada donde puedo contarles como me fue, hubo unas palabras de uno de mis hijos que me pusieron a pensar.


Mientras me disculpaba por la parte que me toca en este asunto de los días difíciles me dijo: Esta bien, te entiendo, todos estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo ( junto con un abrazo.)


Después de unas cuantas lágrimas de mi parte (que para ellos no es sorpresa, porque siempre me llevo el premio de la primera en soltar lágrimas) el Espíritu Santo trajo a mi memoria estos versículos:


Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»

1 Samuel 16:7


pero el trabajo de cada cual se verá claramente en el día del juicio; porque ese día vendrá con fuego, y el fuego probará la clase de trabajo que cada uno haya hecho.

1 Corintios 3:13



Por varias razones:

En mi forma de ver las cosas pudiera pensar que no va bien porque no se ve como yo espero, pienso o anhelo este tiempo. (Por ejemplo: no reacciono como me gustaría, no me da la fuerza como quisiera, el tiempo no rinde tanto como me gustaría.) Más aunque el contexto del versículo de Samuel tiene que ver con la elección de un rey, bien aplica a que ciertamente con mucha frecuencia nos centramos en como se ven las cosas. Por ende olvidamos que lo que Dios ve en esta temporada no es cuan rápida o lenta va a suceder, cuanto tengas resuelto en tu mente, cuanto hagas o no. Él está atento a nuestro corazón, cuánto le entrego, cuánto le busco, cuánto dependo de Él, cuánto le pido que me transforme.


Porque sea cual sea la temporada, como compartí hace algún tiempo, siempre estamos construyendo y esta temporada dará fruto en tiempo actual, más también en la eternidad.


Así que es hermoso una vez mas ver la gracia de Dios invitándonos a volver nuestro corazón, pensamientos y anhelos a Él en esta y todas nuestras temporadas. Su eternidad nos garantiza que estará ahí para nosotras y los que amamos.


¿En qué nueva temporada te encuentras en este tiempo?


Sea cual sea no dejemos de pedirle:


Oh Dios, examíname, reconoce mi corazón; ponme a prueba, reconoce mis pensamientos; mira si voy por el camino del mal, y guíame por el camino eterno.

Salmo 139:23-24


Para que nuestros ojos continúen siendo abiertos, nuestros corazones limpiados y nuestras vidas transformadas, porque de Él agarradas siempre terminará siendo una buena temporada.


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